Salvando el coral: evolución en un laboratorio

Photo Credit: Jim Maragos, U.S. Fish and Wildlife Service

Escrito por Sarah Faulker y traducido por Ana Aceves

Más allá de su belleza que atrae a turistas de todo el mundo, los arrecifes de coral son ecosistemas extraordinarios. Aproximadamente 25% de todas las especies del océano dependen en los arrecifes de coral para comida y abrigo. Pero la naturaleza no parece mantener el paso con la destrucción que ha causado el cambio climático. Los arrecifes de coral del mundo son especialmente sensibles a los cambios en temperatura y acidez en el agua. De acuerdo a la Red de Monitoreo Global de los Arrecifes de Coral, una iniciativa internacional dedicada a la preservación de los arrecifes de coral, 20% de los arrecifes monitoreados alrededor del mundo han sido destruidos en los últimos 50 años. Tan solo la Gran Barrera de Coral ha perdido la mitad de su cobertura de coral dado a el calentamiento y acidificación del agua en los últimos 30 años.

Pero aún hay esperanza para estos constructores de arrecifes. Usando una técnica llamada evolución asistida, investigadores están cultivando  según-llamados “supercoral” que pueden aguantar las condiciones severas del cambio climático. Pero, esta técnica deja a algunos científicos preguntándose cómo la intervención científica puede hacer lo que la Madre Naturaleza no puede.

El concepto de evolución asistida es algo sencillo. Al cruzar ciertos organismos específicos, los cultivadores  pueden pasar una característica deseada a los descendientes. No es nada nuevo – agricultores lo han usado por siglos para cultivar  plantas resistentes a plagas o animales que crecen más grandes y más rápido. Por ejemplo, científicos han cruzado tomates desde el principio del siglo 20 para seleccionarlos por tamaño y forma, junto con otros factores.

Dr. Madeleine van Oppen, investigadora principal en el Instituto Australiano de Ciencia Marina, empezó su carrera pensando en cómo esta técnica selectiva puede ser usada para ayudar a la población de coral. Mientras leía más extensamente acerca de coral resistente, ella llevó sus teorías a la práctica.

En su laboratorio, van Oppen gradualmente expone el coral a condiciones extremas como agua tibia o acida. Ella expone el coral que sobrevive a condiciones aún más severas hasta que, eventualmente, ella y sus colegas crean un “supercoral” que es más resistente a las amenazantes condiciones del cambio climático que cualquier especie nativa. Ellos quieren reintegrar el “supercoral” al agreste junto con coral nativo, con la esperanza de aumentar la resistencia de la populación entera. Eso es, sí es que se pueda hacer. El equipo solo ha empezado a cultivar  el coral en un ambiente de laboratorio, serán varios años antes de que ellos sepan si han creado un “supercoral”.

Para que la crianza selectiva sea posible, la característica deseada debe ser  hereditaria. En otras palabras, el coral debe poder engendrar la habilidad de tolerar el calor a su descendencia. Investigaciones preliminares sugieren que una reacción genética a la temperatura existe en el coral. Enfrentados con un ambiente extremo, el coral podría naturalmente adaptarse al calor y a la acidez – en muchas generaciones. Pero de acuerdo a van Oppen, las aguas se están calentando demasiado rápido para dejar que la naturaleza lleve su curso. Una generación de coral silvestre puede vivir por cien años antes que necesite reproducirse.

Mientras que la idea de criar “supercoral” tiene a algunos científicos ansiosos por participar, otros señalan las limitaciones potenciales. Algunos investigadores se preocupan que el nuevo “supercoral” va a competir con el coral nativo y convertirse en una especie invasora. Leslie Kaufman, un profesor de biología marina e investigador en la Universidad de Boston que ha estudiado la resistencia de coral por años, dice que ecologistas no pueden salvar las arrecifes con tan solo evolución asistida.

“No hay una norma que dice: asi es como se hace este arrecife de coral. En lugar, es una historia,” dijo Kaufman. “Es un resultado de organismos tejiendo juntos y tarda de  15 o 20 años para producir esta fábrica de arrecife viviente que después sigue creciendo por miles de años.”

Kaufman también estudia los genes que hacen a especies de coral resistentes. Su laboratorio se enfoca en las habilidades naturales que las colonias de corales usan para defenderse del ambiente cada vez más severo del océano. El argumenta que es poco realista pensar que plantar “supercoral” va a solucionar el problema por completo.

Kaufman dice que la decisión  más crucial de hacer es poner un alto a las prácticas que ponen en peligro al coral. Mientras  más gente  va a las costas,  para disfrutar la belleza de la fauna silvestre, producen más desechos como aguas residuales y basura que es tóxica para el coral. Nuestras camionetas y estilos de vida impulsados por carbono definitivamente no ayudan. Durante los últimos 50 años, el océano ha absorbido como 20 veces más calor que la atmósfera, en gran parte dado a la quema de combustibles fósiles. Los  arrecifes de coral también están siendo destruidos por usos comerciales, como la colección de conchas para venderselas a turistas.

Sí no dejamos de destruir las arrecifes para subsistir  dice Kaufman, la conservación de coral no tiene ninguna posibilidad. Pero él es optimista piensa que con el aumento de consciencia, colaboración científica y la urgente acción de los que hacen las leyes, las arrecifes de coral si pueden sobrevivir.

“Tenemos que ver a esto como un dilema  de todo el planeta,” dice Kaufman, “no nada más es de cortarle las uñas.”

Para Kaufman, es un asunto de los principios de conservación – dirigirse a la raíz de un problema que tiene décadas de antigüedad.

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