Escrito por Ian Evans y traducido por Ana Aceves
En la tienda Eastern Mountain Sports en Boston, el gerente Dan McDuffie me enseño la colección de chaquetas de esta temporada de invierno. Mientras pasamos chaquetas etiquetadas con palabras como Gore-Tex, Polartec y Primaloft, McDuffie me dijo que la gente ya no está comprando relleno artificial. Después de la tormenta de nieve en Boston en el 2015, la gente quiere algo de tecnología vieja: plumón.
Eso es porque a pesar de esfuerzos continuos, no se ha podido producir un material que aislé mejor que el plumón. Y, a diferencia de versiones sintéticas, casi no se requiere fabricación.
“Cuando estas comprando el edredón más elegante… o estás comprando la bolsa de dormir más cara del mundo, las plumas dentro de esa bolsa, en general, no han pasado por cualquier cambio,” dijo Thor Hanson, un biólogo y autor de Plumas: La Evolución de un Milagro Natural. “Todo lo que ha pasado es que han sido lavadas y secadas. Eso es todo.”
Hay tres formas en que nuestro cuerpo pierde el calor: radiación – lo cual Hanson compara al calor que viene de una estufa, conducción (“… si tu fueras a tentar la superficie de metal de esa estufa tendrías una quemadura,”) y convección, el calor que es transferido a través de un medio, como el aire. El plumón es muy bueno a retardar o parar las tres formas.
El plumón crea un enrejado complejo de pequeñas ramas, conocidos como barbules. Empacadas, los barbules se tejen y entrelazan, atrapando pequeñas bombillas de aire que impide la radiación. Los extremos de los barbules son tan pequeños y están tan separados que el calor no puede ser conducido de uno a otro. Las bombillas atrapadas de aire son divididas, lo que retarda la convección – propagación del calor. Hasta el momento, nadie ha podido crear un material sintético que ramifique y atrape el aire de la misma forma que el plumón natural lo puede hacer.
“El plumón… es simplemente increíble,” dice Joe Jackson de la revista Outside. “Lo que (las compañías) están tratado de hacer es algo que trabaje bien afuera, y la naturaleza ha estado perfeccionado eso por miles de años.”
Para ver esta ingeniería natural, McDuffie me enseñó un plumífero azul y delgado. Se veía igual de aislante que una hoja de papel, pero en realidad era una de las cosas más calientes que podrías comprar en la tienda.
“No todo tiene que ser hinchado,” dijo McDuffie, doblando la chaqueta entera en una bola el tamaño de mi mano.
Solo los plumíferos más caros pueden aguantar tanto abuso. De acuerdo a Hanson, los pájaros tienen diferentes tipos de plumas, pero el plumón de verdad no tiene una columna en su centro, o un raquis. Muchas chaquetas que parecen abultadas y tibias contienen una gran parte de plumas que tienen raquis inflexibles. Entre más plumón estás dispuesto a comprar, más cálida va a ser tu chaqueta sin tener que sacrificar tanto bulto.
A pesar de todas las ventajas del plumón, el material tiene una gran desventaja: el agua. “Moja un plumón… y veras que las púas se pegan más que cuando están secas,” dije Hanson. “En cuanto se empiezan a pegar, se reduce considerablemente la cantidad de aire que atrapan.”
Muchos fabricantes están creado chaquetas de invierno con alternativas sintéticas, como PrimaLoft, que es considerado ser lo más parecido al plumón. A diferencia del plumón, PrimaLoft es hecho de microfibras poliméricas diminutas, algunas de las cuales son tan pequeñas como 3 micras de largo – más pequeñas que la anchura de las células rojas de la sangre. Estas fibras son fabricadas específicamente para ser resistentes al agua, y son, además, rociadas con un pulimento repelente al agua. Finalmente, el relleno es rizado como un resorte para proveer un elemento parecido al plumón y empaquetado en chaquetas. Las compensaciones entre aislamiento y protección del agua ha llevado a mucha gente a escoger un relleno sintético. Algunas compañías están desarrollando “plumón tratado,” como DownTek, que ayuda a que las plumas no se mojen y pierdan sus propiedades aislantes. Estas tecnologías han mejorado la reacción del plumón a la humedad, pero aún no son perfectas.
A principios de este año, Jackson hizo una prueba. El mojo tres bolsas de dormir con agua: una bolsa sintética, una bolsa de plumón y una bolsa de plumón tratado. Luego, armado con solo su ropa interior, él tomó las bolsas a una montaña con nieve, se introdujo a cada bolsa, y medio cuánto tiempo podía aguantar el frío en cada una. El plumón hizo bien, con 30 minutos, pero la bolsa sintética solo con 43 minutos.
Aunque Jackson admite que esta prueba “no fue muy científica,” demostró el punto: plumón tratado aun no llega a ese punto. Aunque la mayoría de la gente no va a pasar mucho tiempo este invierno en una bolsa de dormir mojada con solo su ropa interior.
“Cierra tus ojos e imagina cuantas veces te vas a empapar de agua,” dijo Jackson, “sí la respuesta es ‘no mucho’, usa el plumón.”